BAJO MI PUNTO DE VISTA

Para todos, los que me habéis leído, este año, y para los futuros lectores: FELIZ 2018, que sea, mucho mejor que el anterior y llegue cargado de sorpresas agradables.

Que padecemos la peor hornada de políticos, desde la Transición, no se nos escapa a nadie, algunos, no alcanzan ni un CI de 80. Y algunas personas, nos preguntamos ¿cómo hemos llegado, a esta situación, tan lamentable, en España? Trataré, en breves líneas, de explicarlo, siempre, desde mi punto de vista, como ciudadana que soy, de éste país, llamado España. Principalmente, por las nefastas políticas de educación, a cada cual, más mala, que la anterior, de la enseñanza, en diecisiete reinos de taifas, al libre albedrio, sin ningún control, de lo que se enseña, a los nenes y jóvenes. Ello ha ocasionado, que no se enseñe Historia de España y haya jóvenes, que no sepan quienes, fueron Los Reyes Católicos, ni Franco, ni nada de nada, por no hablar, de las Comunidades, que han tergiversado la historia, moldeándola a placer. Entre todos, hemos creado un mundo ficticio, sin darle valor al esfuerzo, donde, cualquier papanatas, puede llegar, sin despeinarse, a ocupar un carg

No hay salida, o somos incapaces de verla. Cuando llegas a esta situación, conviene parar, reflexionar, porque, siempre hay salida, aunque no sea, la esperada, o deseada. Me refiero, al panorama político, que padecemos,  en la Comunidad Valenciana. Con unos partiditos, rotos, reclamando, una porción de tarta, aunque sea ínfima, un PP, a la deriva, desde hace años y un Tripartito, traidor y soñando, con unos inexistentes Países Catalanes, ponemos la mirada, en aquellos, que surgen, visto, lo visto, con fuerza, al menos en Redes, que es tanto, como decir, en la otra realidad, virtual. No se trata, de elegir, al menos malo, si no, de aportar, tu granito de arena, en aquella opción, que surge, del descontento, de la rabia, de la impotencia. Muchos valencianos, nos hemos quedado, con el voto en la mano, huérfano de partido y urna, nada, de lo que vemos, nos convence y es, ahora, cuando, la necesidad de arrimar el hombro, se hace, muy necesaria, diría que acuciante.

Ahora, que las luces, de la ciudad, me dicen, que no te encuentran, el viento, no sabe decir tu nombre y el mar, anda como, cabizbajo, te echo de menos. Tus labios, tan ajenos, a la culpabilidad, totalmente entregados, a los míos, tus manos, que tan bien, conocen, cada rincón de mi cuerpo, porque se han posado, en él, muchas mañanas, unas veces, tranquilas, pero siempre ávidas de placer. Hasta, donde me alcanzan, los recuerdos, te siento, hoy, muy lejano, como, si ya me hubieras, olvidado, aunque sé, que no, pero no me bastan, tus pensamientos, yo quiero más, siempre quise más de ti y lo sabes. Eres mi otra mitad y sin ti, ando vagando incompleta, como si me faltara algo y ése algo, eres tú, con tu egoísmo, tan peculiar y tu forma de no amarme, aun cuando lo hagas, con todo tu corazón. Fuiste, eres, pero ¿serás? amortiguo, con canciones, estos pensamientos locos, que me asaltan, huérfana de tu cuerpo ¿qué más puedo hacer Amor mio?

Hay alcaldes, malos, ineptos, ignorantes y luego está la Yaya trastornada, ejemplo, de déspota envejecida, que por fin, ha encontrado su niño, para hacer locuras, a costa de todos los madrileños y visitantes, varios. Ser alcalde, es una de las profesiones, más difíciles, según mi punto de vista, puesto, que siempre habrá quien te aplauda y quien te ponga, a caer de un burro, día sí y día también. Pero, entre unos y otros, está la sensatez, el sentido común, el pensar que son ciudades muy grandes, con millones de habitantes y que tu obligación como alcalde, es hacerlas más humanas y habitables. Lo malo, viene, cuando le das poder, a una señora, vieja y enajenada, que oye los cantos de sirenas, de sus retrasados mentales, con un C.I, a todas luces, muy insuficiente, para ostentar, cualquier cargo público. Por eso, llegamos al día de hoy y comprobamos con asombro, que los ciudadanos de una ciudad grande, desfilan a paso ligero a la orden de “AR”, como