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Mostrando entradas de enero, 2015

LA FRAGILIDAD.

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¿Por qué somos tan frágiles? Tememos la novedad, ya que en la seguridad de lo cotidiano, nos reconocemos, abrazamos monotonías por el simple hecho de que la libertad nos asusta. Ser libre es haber comprendido la grandeza de lo que la vida puede depararte y no estoy hablando de la libertad del cuerpo sino de la del espíritu. Pero para comprender la magnitud de esta libertad, primero has debido formarte, es decir aprender, leer, hablar, comunicarte con aquellos capaces de ensanchar tu mente en lugar de empequeñecerla. Lo que se dice cultivar la mente para que te aproveches de aquellos maestros, amigos, parejas, capaces de hacer que tú crezcas como persona. Vivimos tiempos convulsos, la gente se esconde, busca espacios conocidos pero asfixsiantes, donde poder sentirse seguro, a gusto, pidiendo a los dioses que esa seguridad dure toda la vida, por eso se desmoronan cuando cualquier parcela salta por los aires, la enfermedad, la muerte, la quiebra, la pérdida de empleo, la de

PIROPOS

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El extraño caso de Atajismunda Martínez, con los años pasó a ser un rumor y con el tiempo, mucho tiempo, se convirtió en leyenda. Munda, como la llamaban sus amigos, bueno solo uno, el tendero de la esquina que en secreto bebía los vientos por ella, era una mujer de armas tomar, rubicunda, cejijunta y con unos modales de hombretón de muelle de puerto. Hasta sus padres se asustaron cuando la buena de la matrona la envolvió en una toalla y se la enseñó apartando, a su vez, la mirada de la niña. Pasado el primer susto y dado que estaban ansiosos de hijos, hicieron la vista gorda y decidieron que sacarían a la niña solo en días lluviosos para que nadie pudiera verla, Las cosas del destino son difíciles de entender, porque así como la naturaleza pareció que se reía de ella, su mente, en cambio era prodigiosa Munda cuando se hizo adolescente, tuvo que pasar por diversos traumas, pero ninguno tan duro como el de ver que nadie y cuando digo nadie le dedicaba ni un triste pir

LA MISERIA Y SUS CONSECUENCIAS

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Esta imagen nos produce varias reacciones, que un conciudadano tenga que buscar su alimento en la basura en pleno Siglo XXI, en España, se supone un país civilizado, donde todas las necesidades básicas deberían estar cubiertas por el Estado, nos produce malestar. Vayamos por partes. ¿Quienes rebuscan en los contenedores, padres de familia que se han quedado ambos o uno de ellos en el paro? me parece poco probable ¿ancianos que viven solos? tampoco si los Servicios Sociales funcionan en su localidad correctamente. ¿Entonces, quienes nos quedan? Nos quedan transeúntes, es decir gente sin hogar. Y también aquí hay que desmenuzar. Voy a hablar de Valencia porque es mi ciudad y sé de que va el tema. La Casa de la Caridad de Valencia y otros albergues e instituciones hacen que no se quede sin comer nadie, ofreciendo menús completos y en el caso de la C de la C, una semana de pernoctación, eso si, ajustada a sus normas para que no hayan desmanes. Bien, nos queda otro cole

¿TE QUISE? ¿ME QUISISTE?

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¿Qué por qué te escribo ahora y no antes o después? Porque la distancia coloca cada objeto, cada vivencia en su sitio, los desnuda de florituras y nos los vuelve a servir sin acompañamiento. De todo lo que vivimos tú y yo, si porque tú ocupaste mis yos, cada noche, de madrugada, donde yo hablaba y tú escuchabas y así fuiste conociéndome mientras que yo apenas sabía nada de ti. Por eso tus mentiras fueron construyendo en mi cabeza al hombre que no fuiste, que no eres y que ya no serás y del que me enamoré sin frenos, sin coraza, sin pensar, a tumba abierta... Todo se sucedía muy lento, porque tú marcabas el compás, aún hoy lo marcas, solo que yo, lo vivo de otra manera. Se podría decir que ya no me dueles y eso después de cuatro años o cinco, no sé, he perdido la cuenta, es mucho decir. Todavía si hoy hago recuento desde la distancia, ganan más las mentiras, las medias verdades, ese miedo que yo intuía en cada frase, en cada palabra de amor que no escribías, me

NO ERA ESTO, NO, NO LO ERA

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Llevo acostando a los niños cinco años, todos los días la rutina se instala en mi corazón, no hay forma de escapar, hasta se me ha borrado esa sonrisa que a tantos encandilaba en la universidad, ahora parezco una mujer vieja y no lo soy, solo tengo treinta y cinco años y estoy aburrida. A veces cojo el álbum de nuestra boda y paso mis dedos por encima de las fotografías, como si así pudiera darle la vuelta al tiempo, retroceder y pararlo para no cometer el error de casarme, de tener hijos y de perderme a mí misma en ellos. Porque si, lo reconozco Juan era impresionante, el mejor de su clase, un morenazo al que todas le bailaban el agua menos yo, por eso se fijó en mí y me cortejó hasta que me enamoré como una loca de él. Nos casamos y Rebeca llego casi sin esperarla. Lo malo vino cuando al ilustre estudiante se le atragantaron los sucesivos trabajos por lo que fue pasando y ahora vivimos de mi sueldo que no es malo, pero no, no es eso, eso podría aguantarlo, es todo, es q

VOTAR O NO VOTAR THAT IS THE QUESTION

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¿Es la política un modo de vida? Pues bajo mi punto de vista, no, pero lo habitual, al menos en España, es que el 90% más o menos de nuestros políticos vivan de ella. Evidentemente, esto, a parte de costarnos mucho dinero, empobrece al Estado que tiene que soportar una y otra vez a los mismos sujetos con sus cansadas propuestas. Pero hemos creado un sistema donde dos grandes partidos se alternan para gobernar y a ninguno le interesa cambiar el panorama político, se diría que, están bien así y ya se sabe el que esté bien que no se mueva. Pero y nosotros, los ciudadanos ¿qué queremos? Pues con sinceridad y visto lo visto, ni idea. Porque nos hemos quedado boquiabiertos con la de porquería que ha salido de las cloacas, no se ha librado ninguno, se abrió la veda para robar y ancha es Castilla debieron de pensar. Pasado el primer estupor, venía el segundo, nacido al socaire de la corrupción un partido nuevo irrumpe en nuestras casas a través del televisor

CUANDO LO POQUITO ES MUCHO

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Son las cuatro de la mañana y en el Reino de Diez hace una noche muy calurosa. Sus habitantes no pueden dormir y se dedican a su deporte favorito, cuentan cuantas estrellas caerán hoy y se romperán en mil pedacitos pequeños. Estos pedacitos son muy difíciles de encontrar y quien los encuentra los lleva rápidamente a la cueva del mago y éste les da un premio por el hallazgo. La reina del Reino de Diez, tampoco puede dormir, pero a las reinas les está prohibido correr en busca de tan preciado tesoro y tiene que conformarse con ver caer la estrella sin poder tocar sus magníficos trozos luminosos. Mientras se lamenta de su suerte, detrás de ella aparece el Hada que todo lo sabe y le susurra al oído: “Si tanto deseas ser como ellos, si tanto los envidias, te  concedo hacerte invisible por una noche y participar en la búsqueda de las estrellas que tanto ansias”. A la reina que vivía en un lujoso palacio y que no se preocupaba de nada y todo el día lo pasaba probándose vest