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Mostrando entradas de febrero, 2019

LA DONCELLA Y EL LOBO

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L A DONCELLA Y EL LOBO Hoy hay un baile en la aldea, los muchachos y muchachas aprovechan este largo periodo de paz para divertirse, para bailar, cantar, reír. Están en la plaza y juegan, pero algo apartada de los demás hay una muchacha esbelta, lleva el pelo corto, parece un chiquillo y dirige su mirada inquieta hacia el bosque, se le acerca otro muchacho y la invita a bailar, está enamorado de ella, pero, a veces, la siente muy lejana, la muchacha declina la invitación con una suave sonrisa que ilumina su bello rostro, sabe lo que él siente y no quiere hacerle daño, porque ha sido su compañero de juegos, su amigo y le quiere. Despacio, se da la vuelta y se adentra en el bosque, ha llegado al sitio donde un día abandonó sus armas, allí están apoyadas sobre la fría piedra. Se sujeta la escasa túnica que cubre su cuerpo con un broche de madreselva y se ajusta su cinturón de pétalos de rosa. No coge la espada, ni el escudo, ni siquier

NO ES EL MOMENTO DE CAMBIAR EL RUMBO DE TUS PASOS

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Si te vas, mi corazón te seguirá, aunque tenga que atravesar océanos embravecidos o selvas infranqueables. Si te vas, te esperaré con la ilusión de tu regreso, viviré deseándolo, caminaré soñándolo hasta que vuelva a verte. Si te vas rezare para que no me olvides y te acuerdes de mis ojos, de mi boca de mi sonrisa, de mi cuerpo. Si te vas te recordaré y los recueros me darán fuerzas para seguir adelante. Si te vas dejaré que vueles libre, no te agobiaré con mis penas, te contaré lo bonito, escucharé lo que tú quieras contarme y seré tu amiga. Llévate en el equipaje de mano las palabras, los suspiros, las miradas, el deseo, la risa, el llanto, llévate mi amor y el tuyo, viaja siempre con ellos y no estarás nunca sólo. Y si notas que te inquietas sin motivo, ya sabes que soy yo pensando en ti, cierra los ojos recuérdame y sonríe. Yo estaré bien, los ángeles me cuidarán hasta que vuelvas. Cuídate mucho por esos mundos, aprende de todo, empáp

Poesia fugaz....

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A.C P orque tus manos me construyen mientras me rompo en mil pedazos imperfectos. Me haces ser tierna y a la vez implacable. Te rodeo con mis brazos y te beso, poniendo en cada encuentro mi último deseo. Y te miro y veo un hombre atormentado. Porque no puedes quererme y me quieres sin pensarlo. Eres mi contradicción, por ti guardé todas las líneas rojas ésas que nunca quise traspasar, en el cajón del desamparo. Eres mi cuerpo de hombre fugaz, escurridizo. Porque vuelves a casa con mi cuerpo esculpido entre gemidos y me nombras en silencio, vas rezando cada beso que me has dado mientras pides a Dios que te perdone. Eres lo que nunca serás y a pesar de todo te quiero, con ése amor ya tranquilo de la experiencia, sin sobresaltos. Y te doy las gracias por ver en mí a la mujer que yo tan solo adivino. Abrazarte se hace necesidad en los días turbios y me sosiegas, por eso fue siempre tan difícil un adiós o un hasta luego. Anclados en la incertidumbre de lo