AMANTES
Por fin, él comprendió que, el único lugar, donde su piel se sentía feliz, sus manos libres y su boca un torrente de sensaciones, era abrazado al cuerpo de ella.
Ni los años separados, ni el mirarse y reconocer, que ambos habían cambiado, podían frenar esa pasión nueva, donde el deseo antiguo, se juntaba hasta diluirse, con este nuevo, que surgía a borbotones, impedía que, en los pocos momentos, en los que podían estar juntos, los cuerpos obraran el milagro de amarse y darse placer, hasta quedar exhaustos. Se habían vuelto a encontrar y ninguno de los dos, era capaz de romper la magia, por mucho que pensaran, que no estaba bien, el deseo los envolvía, eran los amantes malditos.....
Comentarios
Publicar un comentario