Suciedad, en el cuerpo y en la mente.
Ayer asistí, entre el cabreo y la mala leche, al desfile, de borregos adoctrinados, que, de nuevo, invadían las calles de Valencia al grito “Vixca Terra Lliure” un grupo terrorista. Y te indignas, al comprobar, que se les deja venir, apelando, a su derecho a manifestarse. Cuando podrían hacerlo, cerca de las ovejas y dejar de molestar a los valencianos, con sus consignas, rancias y casposas, que huelen a naftalina. En Valencia no se les ha perdido nada, pero insisten en bajar de veinte o treinta autobuses, para insultarnos y descargar esa violencia, que llevan en el ADN. ¿Y qué hacemos los valencianos? Pues nada, unos cincuenta o sesenta, nos vamos hacia ellos, a plantarles cara, pero resulta que no podemos acercarnos, porque doscientos policías armados hasta los dientes, les protegen. Así las cosas, el único culpable con nombre y apellidos, es el PP, que se lo permite, a pesar de que se saltan todas las líneas, rojas, blancas y amarillas. Me p...