Dos años de, desgobierno, a la valenciana.
Dos años de,
desgobierno, a la valenciana.
Bien, ya han pasado dos
años, desde que, gracias a los pactos, que nadie, nos había
explicado, previamente, se formó en el Reino de Valencia, un
Tripartito, de extrañas coaliciones.
Nacido, al socaire, de la
corrupción, del Partido Popular, que ya amenaza, con cubrirnos de
inmundicia, hasta las orejas, se implanta, en las instituciones, de
donde, salvo con nuestros votos, en contra, no piensan moverse.
La pregunta que me hago
es ¿en una segunda vuelta, tendríamos, ahora, este gobierno? Con
sinceridad, creo que no. Aunque, una ya no sabe, si, es que, hay
ciclos, malos y buenos, en política, a pesar de todo, sin que el
ciudadano, atado, de pies y manos, pueda evitarlo.
El caso, es, que, nos ha
tocado, la de cal, o la de arena, que nunca me aclaro. Nos gobierna,
una izquierda, cerril y revanchista, ciega de odio y saturada de mala
leche. A los que esperaban, que todo este cóctel de malos
sentimientos, no influyera, en su política, siento, bajarlos de la
parra. Esta gente no gobierna, para, sino, contra, el que no piensa
como ellos.
Así las cosas, nos damos
cuenta que, aunque, de izquierdas, la política, es la misma,
amiguismos y regalo, de dinero, a puertas abiertas, para el
catalanismo. Vamos, lo que hizo el PP, durante más de veinte años y
que nos dejó, una corrupción institucionalizada, de difícil
erradicación.
Padecemos, la peor
hornada de políticos, desde hace años, gente, que no está
preparada, para ocupar, cargo público, porque, se mueven por
instinto, sin preguntar, sin informarse, la política del cortijo. El
aquí mando yo y se hace lo que digo.
Compromís, no podía
soñar, con el regalo, que, el traidor Psoe, le hizo y aún con los
ojos, como platos, se puso a gobernarnos. Sin experiencia, sin
nociones, en definitiva, sin ganas, lo que se traduce, en
actuaciones, aisladas y mal gobierno, en general.
Concejales, que no
sabemos, de donde han salido, interactuando y destrozando la ciudad
de Valencia, con ideas absurdas y actuaciones, perniciosas, que, a
corto plazo, están siendo, funestas, para los ciudadanos.
Han conseguido, en dos
años, cabrear a un gran número de colectivos, a los que les
prometieron la luna y les han dado, las sobras y ni eso.
Dependientes, trabajadores sociales, policía local, sanidad,
educación, todo manga por hombro y gente, exigiendo y preguntando
¿qué hay de lo mío?
La Sra. Oltra, ha hecho
un cambio espectacular, de ponerse, según qué, camisetas, a vestir,
de traje y olvidar esas luchas, que, a veces, la tiraban, por los
suelos, literalmente. El presidente Puig, hace declaraciones, donde
hasta podrías, creer, que dice la verdad, pero miente, obligado por
un gobierno catalán, que reclama favores y quiere la joya de la
corona, el Reino de Valencia, con toda su cultura e historia, sin
nosotros, no tienen pasado y necesitan una nación fuerte y creíble.
El tercero, en discordia,
Podemos, partido que nace en un laboratorio y es dirigido desde una
televisión, engloba, a lo mejorcito de cada casa, universitarios,
que, debido, al adoctrinamiento, brutal en las universidades,
piensan, que el comunismo, es la mejor opción, mientras, se compran
móviles de última generación y se van de vacaciones, a los
capitalistas, chalets de sus padres. No puedes debatir con ellos,
porque, están en posesión de la verdad.
Tampoco,es que la
oposición, se cubra de gloria, más bien, se lamen las heridas que
les han dejado, años y años de corrupción, sin freno y aquí vale
todo. Un PP, que sigue empeñado en ofrendar glorias a España,
mientras se olvida del Reino, que no, necesitó a nadie, para
alumbrar el Mediterráneo, durante siglos.
Y con Ciudadanos, ese
partido veleta, que va al sol, que más calienta, tampoco podemos
contar, porque, no dejan de ser catalanes y el amo manda.
Con este panorama, tan
desolador, para un pueblo, como el valenciano, trabajador y alegre,
solo cabe una solución, votar a un partido, que no rinda pleitearía,
ni a unos, ni a otros, que no tenga dueño y exija, que la Comunidad
Valenciana, reciba un trato justo, acorde, a lo que aporta y que, en
estos momentos, está siendo, maltratada, por los sucesivos gobiernos
centrales, sean estos, de la ideología que sea.
Sin embargo, tendemos a
repetir errores, una y otra vez y a seguir votando, al malo
conocido. Por tanto, es tarea nuestra, la de los nuevos partidos,
ganarnos la confianza de los ciudadanos, para que voten sin miedo. Un
cambio, es posible, pero hay que ser valientes y quitarse antiguas
cadenas, que nos impiden, crecer.
El 2019 se acerca, no
perdamos, pues, el tiempo.
Amparo Blay
Presidente de AVANT
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