Sí a la Vida.
“Aborto libre y
gratuito” casi como pedir calamares a la romana y la verdad es
para pensarlo. Grito de guerra de miles de mujeres, que se hacen
llamar feministas.
No seré yo quien obligue
a una mujer a ser madre, puesto que esa decisión es de ella y ella
sabrá lo que quiere hacer con su cuerpo y con el del nonato. La
libertad del ser humano está por encima de todo generalmente, salvo
cuando le arrebata la vida a otro ser humano y ahí se inicia el
debate.
Mucho se habla de que no
se es un ser, hasta determinadas semanas, pero todos sabemos que la
“vida” se crea en el mismo momento de la concepción, lo otro las
excusas son eso, argumentos que se esgrimen para que acabar con un
niño no duela.
La Humanidad camina sin
rumbo, mientras en países subdesarrollados se incrementa la
natalidad sin control, en la vieja Europa, o no se tienen hijos o se
promociona el aborto como medida para sentirse libre y realizada.
Hablo con conocimiento,
aunque el mío fue un aborto natural, tras embarazo de riesgo, no
pasa un solo día, en que piense ¿cómo sería ahora mi hijo, que
cara tendría, cómo habría cambiado mi vida? ¿por qué entonces se
engaña a la mujer diciéndole que abortar es un acto de rebeldía y
libertad?
Claro que hay supuestos
muy dolorosos en los que tomar decisiones, quizás sea el peor trago
para unos padres, pero están recogidos en la ley y hay que dotar de
instrumentos necesarios para que la pareja, sea del sexo que sea o la
propia mujer, decida lo que quiere hacer. Ante una violación,
deformaciones terribles del feto o riesgo para la vida de la madre.
¿Quienes somos nosotros para juzgar a aquellas mujeres que deciden
abortar? No seré yo quien tire la primera piedra.
Pero desde mi punto de
vista, estamos equivocando el discurso, hay que apostar por la vida
no por la muerte, ése es el verdadero avance de la sociedad, crear
los mecanismos adecuados para que una mujer quiera ser madre aún en
las peores circunstancia, ayuda y más ayuda para tener a su bebé y
si éste nace con carencias, más ayudas aún.
No voy a entrar en las
teorías conspiratorias que pudiera haber tras los bajos índices de
natalidad, eso sería otro artículo, para el que no estoy preparada
porque es periodismo de investigación y no soy periodista.
Hablo como mujer, viendo
como se engaña a la gente joven no dando importancia a un embarazo,
cuando éste se puede interrumpir alegremente. Hemos caído en la
incongruencia de que a más información sobre anticoncepción, mayor
índice de jóvenes embarazadas. Da igual que seas una tipa flamenca,
la noticia de un embarazo noquea los primeros días, porque ante todo
hay que tomar decisiones que no admiten retraso.
Todos sabemos que un
hijo, puede ser una bendición o una carga para toda la vida, depende
como hayan salido los dados tras la tirada de marras. Y ahí es donde
los gobiernos deben legislar para ayudar a la futura mamá,
protegerla, orientarla, ayudarla si es que desea tener a su bebé,
que no nos olvidemos, ya crece dentro de ella, sin haber pedido venir
al mundo ya está desarrollándose, tranquilo en la tripa de su
madre.
Lo que quiero decir, es
que hay más opciones que un aborto, aunque algunas y algunos nos
vendan la burra porque eso es lo progre, lo moderno, en mi cuerpo
mando yo y hago y deshago como me da la real gana, pero señora y del
cuerpo del chiquitín ¿quién manda? Si es usted así de chula,
debería darle al no nacido la misma opción ¿no?
Resumiendo, que vamos
mal, cuando dejamos que las voces que gritan contra la vida se oigan
por encima de nuestra conciencia, que no seamos capaces de proteger a
una madre cuando decide tener a su bebé, o que se vea bien
deshacerse de un hijo porque ahora no es el momento.
Caminamos hacia el
egoísmo más terrible, la mentira y la manipulación. Estamos dando
mensajes a las mujeres para que tomen decisiones, sin darles luego
los mecanismos adecuados ante las consecuencias de sus decisiones.
Nos deshumanizamos a
marchas forzadas y tendremos que asumir en breve las consecuencias.
Cada ser humano es una isla, depende de los puentes que tendamos o
construyamos estaremos creando un mundo más amable, donde proteger
la vida sea nuestro emblema y cuidar a los futuros niños y niñas un
trabajo apasionante.
Déjalos nacer, dales una
oportunidad ¿acaso no te la dio a ti tu madre? La vida siempre se
impone a la oscuridad, no lo olvidemos nunca.
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