Carta abierta a Ribó.
Carta abierta a Ribó.
Siento vergüenza ajena y
una pena inmensa, al comprobar, en manos de quien estamos. Ni
Valencia ni los valencianos nos merecemos esto.
Ha llegado usted a la
alcaldía, porque tenemos una Ley Electoral de paraeta de feria,
donde el voto, se convierte en mero cromo, susceptible de cambiarse
un domingo entre amiguetes.
Después de, casi un año,
de ser alcalde, nos ha demostrado, que es usted un fracasado. Le he
visto y odio en los Plenos del Ayuntamiento, sus cachorros, tiran
espumarajos por la boca, sienten un odio que, dada su juventud, es
incomprensible, salvo que, lo hayan mamado durante años.
Es usted, además, un
incompetente, se lo digo, desde el derecho que me da el ser
valenciana y ciudadana de esta ciudad. Desprecia grandes proyectos,
que, bien negociados, hubieran puesto, de nuevo, a Valencia, en el
lugar que le corresponde, pero claro, era mucha faena, mejor pasearse
con tres tías, vestidas de cabareteras por toda la ciudad.
Parece que añora la
República, sí, esa que nos llevó a la Guerra Civil, porque en su
desesperación armó, a la peor calaña y los soltó por las calles
para violar, quemar y asesinar. Si tanto le gusta, cómprese una isla
y llénela de banderas republicanas o de minas antipersona, me da
igual.
No juegue con la dignidad
de los valencianos, un pueblo noble y trabajador, que, después de la
corrupción, esta padeciendo la plaga de un grupo de indeseables
ávidos de poder y de dinero, sí, también ustedes, están siendo,
ya, investigados.
. Mire, se lo voy a
explicar en pocas palabras, los valencianos no somos catalanes y no
lo seremos jamás, antes de dejarnos invadir, se liará la marimorena
y usted y los suyos, serán, posiblemente, el objetivo a abatir, sin
violencia, pero lo serán.
Parece mentira, que no
nos conozca, llevamos la sangre de conquistadores, artesanos,
militares, en las venas, el que no peguemos tiros en la nuca, no
significa que no sepamos defendernos, de los mamarrachos que, como
usted, pretenden decirnos lo que no somos, lo que no hemos sido
nunca.
Pos desgracia, a
“gentola” como usted, solo se les vence en las urnas y los
valencianistas estamos divididos. Se nos pide unión, pero desde los
cómodos sillones, así no haremos nada. La sociedad civil tiene que
implicarse en política, nuestros grandes empresarios, deben de
apostar por un partido valenciano y nosotros, trabajar duro para
barrer a esta escoria de nuestra instituciones.
No lo voy a hacer más
largo, me consta que me lee e igual si me extiendo, hasta se aburre.
No lo queremos en Valencia, la ciudad tampoco lo quiere, váyase y
llévese consigo a esa jauría de perros rabiosos. Si quiere ceder a
amos del norte hágalo, pero fuera de Valencia. Cuelgue pancartas
donde yo le diga, resumiendo, déjenos en paz, jubílese y hará un
favor a la Humanidad y a nosotros.
Para ser alcalde de
Valencia, hay que tener estas cualidades: Sentirse valenciano,
incluso, si, como usted, no se ha nacido aquí, patear sus calles y
escuchar a su gente, tratarla como a una dama que necesita mimos, ya
sean infraestructuras, proyectos importantes, exposiciones o
jardines. Comprenderla, sí, las ciudades tienen vida propia, te
dicen lo que necesitan, solo hay que tener, la sensibilidad de
escucharlas. Defenderla de ataques enemigos y presentarla en
sociedad, como la gran ciudad cosmopolita, abierta al Mediterráneo,
que es.
Por eso, estamos
preocupados los valencianos, nos llevará al desastre, en estos
cuatro años que se nos van a hacer eternos. Sus concejales pasarán
sobre nosotros como apisonadoras intentando que aquí no vuelva a
crecer la hierba, es lo que les han ordenado y como autómatas están
cumpliendo.
Aunque, una cosa le voy a
decir, la vida da muchas vueltas, quien ahora está arriba, mañana
puede que caiga, que Valencia no está en venta, nuestra ciudad, a
la que muchos llevamos en lo más profundo de nuestro corazón, se
respeta, que usted pasará, como el peor alcalde y Valencia seguirá
aquí.
Termino, no se apure,
aunque creo que a usted todo le importa un pepino. El pueblo
valenciano, ya ha visto, como se las gasta, empieza a crecer un
sentimiento y una necesidad de lucha, no cruenta, una semilla que
algunos hemos plantado y que, con el tiempo, será su peor enemigo.
Mientras tanto, siga usted haciendo el mico, no nos queda otra que
aguantar o protestar, pero con cuidado, porque manejan ustedes muy
bien los medios y nos hacen pasar por terroristas, cuando solo
defendemos lo nuestro.
No hay mal que dure cien
años, ni valenciano decente que lo resista.
Amparo Blay, una
ciudadana más.
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