La España profunda cabalga de nuevo.

Decididamente, el mundo se ha idiotizado, lo ha hecho año tras año y sin que apenas nos diéramos cuenta. No es cosa de un país o dos, no, es a nivel mundial y vamos a peor.

Empezaré con las feministas de hoy en día, que más que reivindicar como hacían las mujeres de hace cien años, exigen y agreden, tanto física, como verbalmente a todos aquellos que osan, llevarles la contraria. Tal es así, que hemos pasado, en España de un machismo obtuso e impune, a un miedo a decir nada, no sea que nos tachen de violentos o cosas peores. Los hombres, para ellas son el enemigo a abatir y en ello andan, a la caza, bien regadas con subvenciones suculentas, que pagamos todos sin rechistar.

Estás féminas en pelotas literalmente, vienen a enseñarnos la moral más casposa, diciendo poco más, que la mujer es un ser débil y hay que protegerlo de todo mal, así de inútiles nos ven. Por supuesto, la actitud de estas desquiciadas, genera en nosotras, las mujeres normales un cabreo continuo hacia estas niñatas, que no han pegado un palo al agua en su vida y que tienen el cerebro licuado, muchas veces, por sus malos hábitos, ustedes ya me entienden.

Por no hablar de los nuevos "colectivos" que piden respeto, en aras de no sé que igualdad, que por supuesto, ellos se saltan a la torera a la primera de cambio. Quieren que les tratemos igual, pero siempre hacen payasadas que los diferencia, desfiles, declaraciones difíciles de digerir e insultos que, como los lanzan ellos, están bien. Y la gente ya empieza a cansarse, no se pide respeto cuando tú no lo ofreces, luego que no se quejen.

Después tenemos a papá estado, metiendo las narices hasta la cocina y diciéndonos hasta como respirar. Para ellos, somos niños irresponsables que no saben ni cruzar la calle, si ellos no nos ponen tropomil señales y nos cogen de la mano. Los seres supremos que pululan por la política, no saben hacer la o con un canuto, pero les hemos dado poder y todos los días pagamos esa gran irresponsabilidad nuestra.

Nos hemos vuelto tan buenos, que hemos abierto nuestras fronteras a todo quisque, sin control ninguno y ello, en países como Suecia, ha traído violaciones y actos que en su lugar de origen son normales y por tanto ancha es Castilla. Es decir, que para salvar a unos, sacrificamos a otros y encima, no protestes, porque entonces eres facha, racista y toda la caterva de piropos que la merma progre se ha aprendido de memoria y te lanzan a la primera de cambio.

Así las cosas, con un mundo que parece gobernado por retrógrados con cargo público, la España profunda de mente retorcida y calenturienta, se ha abierto paso para hacernos retroceder al menos cincuenta años. Catetos de mentes estrecha, ignorantes al cubo y resabiados, que no hacen más que tocarnos las narices, día sí y día también.

Contra toda esta tropa inculta de oportunistas, descerebrados y con complejo de inferioridad inmensos, solo cabe unirse y contraatacar sin piedad, hasta dejarlos hundidos en el fango, que es donde deben estar, dada su inútil condición de seres inferiores y enajenados.

No obstante, asusta saber que estamos en manos de toda esta gentuza, que saca problemas, de donde no los hay, que odia alegremente todo aquello que ignora y que a lo tonto a lo tonto, puede fastidiarte la vida, con sus sectarias decisiones.

Y esto no va a cambiar, porque estamos educando borregos, de un solo pensamiento, jóvenes que dicen sí a todo, sin cuestionar nada, prefieren que sea otro el que se moje, cuando no, están votando a partidos populistas que a la larga, los quieren tontos y encadenados.

Los que ya pasamos de los cincuenta, vemos el futuro negro y nos cuestionamos si vale la pena sacarles a estos niñatos las castañas del fuego o por el contrario dejarlos que se hundan a ver si así aprenden la lección, nosotros peleamos otras guerras y nos curtimos en ellas, ahora que apechuguen.

A verlas venir, con las uñas afiladas por si hay que presentar batalla, al menos, si esta chusma nos busca, que nos pille, con las botas puestas y dispuestos al asalto. Que menos.