BENDITA IGNORANCIA

 

 

 

Bendita inocencia dicen pero rectifico, bendita ignorancia, ojos que no ven ya saben. Con los años me he dado cuenta de mi gran desconocimiento, respecto a la vida en general, porque inmersa como estaba en vivirla, no repare en lo manipulados que hemos estado siempre.

Simples peones en una partida diabólica que no vemos salvo cuando el demonio ya se aburre demasiado y enseña sin pudor cuernos y rabo.

 

Las dos guerras mundiales, el Holocausto, las matanzas de Stalin, todo perfectamente orquestado y llevado al maximo esplendor con minuciosidad.

 

Desde hace cientos de años, la Humanidad, sufre la mano que mece la cuna decidiendo quién vive y quién no.

 

Así que vas tirando como puedes, haciéndote infinidad de preguntas hasta que tu propia curiosidad te lleva a documentarte y cuanto más sabes más se te hiela la sangre y entiendes que la maldad humana es infinita y te asustas.

 

Pero aún así sigues indagando y quieres compartir tu hallazgo. He aquí el primer error, dirigirte a un público cobarde, infantil, asustadizo, no quieren saber nada, es esa fatalidad del que sabe que va a morir y mete la cabeza bajo el ala.

 

Te encuentras solo, te tachan de conspiranoico y se te van cerrando puertas, eres el agorero que nadie quiere en sus fiestas.

 

Y tú pobre hormiga que sabes que el invierno traerá muerte, observas como dentro calentitas las cigarras cantan y bailan despreocupadas. Nada que hacer, te dices, cabizbajo abandonas tu zona de confort donde el más listo, es francamente tonto.

 

Hasta que te das cuenta que no estás solo hay millones de hormigas totalmente despiertas como tú, preparando el escudo con el que protegerse de la bota asesina, cavan túneles y guardan alimentos, llegará un día en que serán naciones e irán a por las comadrejas, las sacarán de sus guaridas y las atacarán sin piedad, pero hasta que llegue ese día, compadecerán a las cigarras que ateridas de frío empiezan a comprender que han sido engañadas, utilizadas y que sin saberlo arrastran pesadas cadenas. Ya no hay baile, todo es oscuridad.

 

Esto podría ser un cuento de niños y sin embargo es la realidad que a mí generación le ha tocado vivir y doy gracias porque mi mente ha buscado respuestas, aunque asusten y te producen escalofríos y agradezco a aquellos que me han abierto los ojos, porque su valentía traspasó fronteras.

 

Me niego a vivir arrodillado, eso no es vida ni a aceptar una verdad disfrazada de mentira, si hay que luchar, lucharé y si muero en la batalla que no sea de nadie la culpa, solo mía.

 

Hacia detrás ni para coger impulso, cuando llegue el momento que seamos legión los que convencidos de que el enemigo nos gana en número seamos capaces con la mirada firme de dar todos un paso al frente.

 

Libertad o muerte, no hay más.