La Cultura de la Muerte.

 


La Cultura de la Muerte.


Si estuviéramos escribiendo una novela, el aborto sería el prólogo y la eutanasia el epílogo. Y esto que parece sacado de un cuento de terror, es la realidad a la que hemos llegado los que nos llamamos a nosotros mismos “progresistas”.

Nunca en la historia de la Humanidad se trabajó con tanta fuerza para eliminar una vida humana, ya sea antes de su nacimiento, o después cuando llega a una edad en la que por desgracia deja de producir y empieza a convertirse en un gasto, entre comillas, para una sociedad que avanza a lo loco hacia un precipicio de muerte y desolación.

He dudado en escribir este artículo porque diga lo que diga me lloverán críticas por todos lados, pero uno debe siempre ser fiel a sus principios y si hay que dar un paso al frente se da y se asumen las consecuencias.

Vamos primero al tema de salud sin entrar aún en planteamientos morales. Un aborto no es ninguna broma para una mujer ya sea este natural o provocado. Una nueva vida nace dentro de ti y tu cuerpo ya se ha transformado para que crezca al unísono contigo, mientras ambos corazones laten.

Por tanto, cuando algo va mal, el cuerpo que es muy sabio lo expulsa para salvaguardar a la madre, pero ¿qué pasa cuando se provoca un aborto? Pues que estás acabando con una vida humana de una forma brutal, despedazando al pequeño sin que este pueda defenderse. Es posible que tanto a nivel físico como a nivel psicológico, este acto te dejará, el día de mañana alguna que otra secuela, por más que no quieras verlo.

Ahora bien, cada mujer toma esta decisión según las circunstancias de su propia vida y no seré yo quien la juzgue, hay casos muy dolorosos y no todas lo hacen por capricho.

Pero si los gobiernos no nos hubieran vendido el aborto como una “derecho” y que hacerlo está bien y yo decido sobre mi cuerpo, quizás y solo quizás no tendríamos millones de abortos al año, cifra que duele solo de escucharla.

Por no hablar de las mal llamadas feministas para las que el aborto es un juego y les importa bien poco el deshacerse de una criatura.

Lo primero es evitar el embarazo, algo que no se está consiguiendo, a más información más adolescentes o jóvenes se quedan embarazadas, es decir algo se está haciendo rematadamente mal en este país, pero si ya ha ocurrido, el siguiente paso antes del aborto, es estudiar todas las alternativas que las hay y muchas.

Desde una adopción, hasta un seguimiento durante los tres o cinco primeros años del recién nacido, evidentemente, con profesionales preparados para ello. Toda una red de ayudas para la futura mamá, dándole el cariño suficiente y la fuerza para traer al mundo y cuidar al futuro hijo.

Ustedes pensarán en los casos en que la ley permite abortar y ahí sin duda entra la libertad de la mujer, pero jamás debe recibir presiones para ello y sí toda la información posible. Prohibir un aborto trae en la mayoría de los casos muerte y problemas de todo tipo, mejor apoyar a la mujer cuando tiene que tomar una decisión francamente muy difícil.

Ahora que ya hemos leído las páginas centrales de esta novela dedicada a la muerte de inocentes, nos queda leer el epílogo e intentar comprender hasta qué punto hemos perdido el amor a los demás y la compasión.

Recientemente, se ha aprobado en España la eutanasia, que viene con un dardo envenenado y que ayudará a que en breve el Estado decida quién vive y quién muere.

Sé que son temas muy delicados y que da para muchos artículos y conferencias, pero mi intención es que seamos capaces de entender hasta qué punto estamos siendo manipulados por aquellos que tienen el poder y que lo que seguro no tienen, es corazón.

Si una persona enferma o se hace mayor, está claro que deja de producir y se convierte aunque duela decirlo en una carga para la sociedad, así de frío es el discurso de quienes piensan que jamás les pasará a ellos.

Están equivocados, estas personas merecen todo nuestro cariño y nuestro tiempo, es el brazo débil, el hijo que necesita nuestra atención porque su naturaleza es frágil. Son los seres humanos que nos demuestran día a día que el Amor y el cuidado deben de ir de la mano. Y sólo por eso hay que quererlos y protegerlos.

Hemos de recuperar la esencia del ser humano, aquello de no dejar a nadie atrás por mucho que la marcha se haga más lenta. Volvamos a la compasión y la caridad que nos hace diferentes del resto de especies que pueblan la Tierra.

Brindemos por la vida sin despreciar a la muerte, a veces salvación aunque nos duela del sufrimiento, pero que sea el propio enfermo el que decida y no una banda de criminales.

Si cuidamos la vida, la muerte solo será un paso más hacia algo que desconocemos, quizás otra dimensión de nosotros mismos, un espacio sin dolor y sin necesidades, pero mientras eso ocurre, aquí en la tierra nuestra obligación es procurar que el nacer y el morir sean un tránsito y no un drama sin derecho a defensa alguna.

Comentarios

Entradas populares de este blog

AMPARO BLAY ALABARTA

La verdad silenciada y encarcelada.