LA VIOLENCIA
Desde Caín y Abel existe
violencia en este mundo, o eso, nos han contado. El hombre ha
solucionado sus problemas a pedradas o a garrotazos. A veces, el
motivo ni siquiera era tan grave, aunque, me temo, llevamos la
agresividad grabada a fuego en nuestro ADN.
La historia está llena
de episodios sangrientos, múltiples guerras que, si somos cínicos,
equilibraban el aumento de población, pero ¿a qué precio? Mujeres,
niños, hombres, masacrados por decisiones tomadas por lunáticos con
ansia de poder.
No obstante, en España,
pese a quien pese, vivimos un periodo de paz de más de cincuenta
años, hasta ahora. Franco murió, dejándolo, según él, atado y
bien atado todo, pero no contó con que cada español lleva un rey en
el vientre, que pide poder y poder a costa de lo que sea, o quizás,
por ello, jugó a ser Dios.
España se rompe, es lo
que toca, son ciclos, que igual que vienen, se van. Los que
observamos las maniobras de aquellos que venderían a su madre por un
plato de lentejas, estamos preocupados, con sinceridad, porque los
españoles se juegan mucho.
El problema, es que
millones de personas no ven más allá de lo inmediato, lo que a
ellos les preocupa, el aquí y ahora. En política, esta visión es
nefasta y provoca endeudamientos millonarios, que nos atan de por
vida.
La previsión, las
estadísticas, los informes o sondeos, lo que viene siendo, una buena
gestión de los recursos, no se aplica. Por desgracia, tenemos
políticos ineptos, más preocupados en lo que van a aumentar su
riqueza personal, que en crearla a nivel nacional.
Asistimos atónitos a la
colocación de ¿personas? con actitudes violentas, en nuestras
instituciones. Con currículos cargados de actos vandálicos, penados
muchos de ellos. Y nos preguntamos, si esta va a ser la tónica a
partir de ahora, el Gobierno de los mediocres, de los violentos, de
ahí nuestra profunda preocupación como demócratas convencidos,
algunos hemos corrido delante de los “grises” por defender
nuestras libertades, que ahora, vemos peligrar. Por no hablar, de
aquello de, usted no sabe con quien está hablando, que ya creíamos
erradicado, del mapa político.
¿Qué pasará si
entramos en un nuevo ciclo, donde romper España sea un juego y pegar
palizas esté permitido? Pues que caminaremos sobre aguas movedizas,
rezando para no caer en ellas.
El actor que más nos
preocupa es Pedro Sánchez, un sujeto, opaco, ególatra, cargado de
ideas y a cual más nefasta. Pactará con quien sea, igual da que
sean asesinos a sueldo, que trileros populistas, él no tiene
escrúpulos. Vamos, no hace ascos a nada.
En su locura, quiere de
compañeros de viajes a un colectivo, nacido de un laboratorio,
financiado por dictaduras sangrientas, por no hablar de un flojo que
hoy soy azul y mañana rojo, todo menos naranja.
Añadan ustedes, rencor,
poca cultura política, ganas de gresca entre españoles y ya tienen
el guiso servido.
¿Queda alguien con
sentido común? Sí, muchos españoles que vemos venir el sarao y que
pensamos que nos vamos de cabeza al abismo. Pero, aún siendo más,
no tenemos margen de maniobra, la democracia tiene sus cosas buenas y
malas. Dejar votar a gente cargada de odio, es una de las malas.
Lo sé, todos tienen
derecho, nosotros también a quejarnos, cuando vemos peligrar
nuestro bienestar, nuestras casas, en definitiva nuestra libertad. La
violencia engendra violencia, es de todos sabido, caldo de cultivo,
para lo que nadie quiere, por eso, es tan importante, cortadla de
raíz. Fuera violentos de los ayuntamientos, juzgados, hospitales, si
quieren ejercerla, que se maten entre ellos, pero al pueblo español
que nos dejen en paz, con sus proclamas rancias de perdedores de
guerras.
En fin, es aquello del
silencio de los buenos, del cual, los agresivos y frustrados se
aprovechan, puede que haya que contratar a mas psiquiatras para que
traten a estos sujetos, educados en un rencor que no les pertenece,
cocido en el perol de la mediocridad.
Mientras tanto, cada unos
de nosotros debe mejorar en su día a día, parece poco, en un mar de
arena, pero les aseguro, que la gota horada por su persistencia, no
por su fuerza...
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