La hipocresía, toma las calles de Valencia.
¿Qué es lo que yo vi
pasar, el sábado por la tarde por las calles de Valencia? Pues, a
toda la izquierda, marchando junta, se supone, con la intención de
pedir “una mejor financiación” para la Comunidad Valenciana y
hasta ahí, todo correcto. Pero, siempre hay un pero, también,
frente a mí, pasaba la hipocresía, personalizada.
La izquierda, en España,
se ha apropiado, del lado social y saben sacarle rédito, aunque la
sociedad, en realidad, les importe un rábano.
Reman todos a una y
manejan los medios de comunicación, como nadie, en eso me descubro,
ante ellos, mientras la derecha, se lleva todos los palos, como si
fueran los únicos corruptos, de este país.
La consiga, era, nada de
cuatribarradas, ni esteladas y así fue, no había ni una, tan solo,
un republicano con añoranza, el resto con la Real Senyera
Valenciana, bella con su azul y su corona. Algunos, luego, vomitarían
por tener que llevarla, sabemos el grado de cinismo, de Pose,
Compromís, Podemos y sindicatos.
Así las cosas, los
docientos valencianos, que nos habíamos manifestado, por la misma
protesta, pasamos, totalmente, desapercibidos, no contamos, no
existimos. No se nos ve.
Partidos
“valencianistas”, yendo a ambas manifestaciones, o los
nacionalistas valencianos, la izquierda y también Ciudadanos, se
pasearon orgullosos, por nuestras calles, pidiendo, se nos financie
mejor y tienen razón, puesto que somos una de las Comunidades, peor
tratadas, en los Presupuestos Generales del Estado.
Para no hacerlo largo, no
me creo, que la izquierda en Valencia, reivindique cosas buenas, sin
saber, que, bajo de todo eso, hay una aceptación, “dels països
catalans”, donde seríamos, el último mono, de una república
nazi, como hemos estado viendo, estos días.
Que ya no cuela, ése
discurso, cuando se dan millones, a entidades pancatalanistas, como
Escola , Accio Cultural o el Micalet, entre otras.
Ni la derecha, tiene
cuernos y rabo, ni la izquierda, es Teresa de Calcuta, a los
valencianos, no nos sirven, ni unos ni otros, a falta de un líder,
vagamos como almas en pena, sin saber, en qué lado del precipicio,
quedarnos.
Sólo nos queda, esperar
y rezar, quien sea creyente, para que ése líder, aparezca y
unifique votos, lleguemos a las instituciones y cambiemos las cosas,
pero de verdad, desde dentro, exijamos, porque tenemos fuerza y
reivindiquemos, desde nuestro amor a lo nuestro, pero de verdad y no
con la nariz tapada, como hizo el sábado Compromís, entre otros.
Mientras llega ése día,
a trabajar, por el reino y a sacarlo adelante, como siempre, hemos
hecho los valencianos. Un pueblo grande, con una historia
impresionante. No nos dejemos pisar, se lo debemos a nuestras
generaciones futuras, nos lo debemos, a nosotros mismos.
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