NO ERA ESTO, NO, NO LO ERA
Llevo acostando a los niños cinco años, todos los días la rutina se instala en mi corazón, no hay forma de escapar, hasta se me ha borrado esa sonrisa que a tantos encandilaba en la universidad, ahora parezco una mujer vieja y no lo soy, solo tengo treinta y cinco años y estoy aburrida.
A veces cojo el álbum de nuestra boda y paso mis dedos por encima de las fotografías, como si así pudiera darle la vuelta al tiempo, retroceder y pararlo para no cometer el error de casarme, de tener hijos y de perderme a mí misma en ellos.
Porque si, lo reconozco Juan era impresionante, el mejor de su clase, un morenazo al que todas le bailaban el agua menos yo, por eso se fijó en mí y me cortejó hasta que me enamoré como una loca de él.
Nos casamos y Rebeca llego casi sin esperarla. Lo malo vino cuando al ilustre estudiante se le atragantaron los sucesivos trabajos por lo que fue pasando y ahora vivimos de mi sueldo que no es malo, pero no, no es eso, eso podría aguantarlo, es todo, es que me he convertido para él en una mujer gris y tiene razón, no me arreglo, no salgo con mis amigas, muchas están divorciadas y eso me tienta, pero Rebeca y Juan están primero, aún son pequeños, no entenderían que mamá tirara a la calle a papá que es tan divertido, juega mucho con nosotros y nos quiere tanto.
Y yo vuelvo a ser la cobarde a la que todo le da miedo, la mujer que necesita un hombre para sentirse plena, solo que ese hombre fue una gran mentira desde el principio.
No quiero ir con ellas porque me cuentan sus escarceos amorosos, el sexo del que a pesar de sus edad, disfrutan sin complejos, han aprendido a pedirle al hombre que les haga de todo y ellas lo mismo, sencillamente han comprendido que solo se vive una vez, fuera tabúes, fuera ropa interior.
Fantaseo con marcharme, desaparecer, están mis padres, ellos cuidarían de mis niños, lo sé, pero no soy capaz, me falta esa valentía que sin embargo tengo para quedarme aquí y aguantar carros y carretas.
Estoy escribiendo esto entre lágrimas, aprovechando que mi "marido" al que ya no quiero y del que quisiera no volver a saber más, se ha llevado a nuestros hijos, pero debo cerrar, dar a la tecla borrar y asumir mi vida vacía y desoladora......
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