DE OPORTUNISTAS E INDOCUMENTADOS.
Una quisiera verse rodeada de personas educadas, que no gritan, que no tiran todo al suelo, que hablar con ellas sea todo un lujo, pero va y resulta que vive en España.
Y es lo que hay, con la enseñanza por los suelos más de treinta años ya y con una juventud adoctrinada, que no duda, que no investiga, que se ha tragado una por una las diversas mentiras que sus exaltados profesores les han querido contar, todo ello amparado por sucesivos gobiernos que ¿por qué no? han pensado cuanto más borregos, más manejables y así hasta hoy.
Con cincuenta y cinco años, la perspectiva es bastante buena, es decir puedes callar muchas bocas porque lo viviste en primera persona y ningún jovencito osará darte lecciones cuando tus argumentos son demoledores, aún así lo intentará.
A los que se encontraron la democracia puesta ya en la mesa, les parece bien, votar a los comunistas, posiblemente, no sepan ni lo que es el comunismo y por lo tanto ni idea de sus nefastas consecuencias allí donde está implantado.
Vaya por delante que un capitalismo salvaje no es la panacea, al contrario, causa hambrunas y desolación, pero con todo y con eso, es mucho mejor a extender la pobreza y que todos seamos pobres, sin ni siquiera poder aspirar a más, por no hablar de la libertad cercenada y la actuación de un ejército al servicio del dictador de turno.
Ser joven no debería ser sinónimo de ser imbécil, así que espero que la sensatez se imponga, que el Estado de Derecho prevalezca sobre todas esas ideas raras que están surgiendo en España al calor del odio que algunos le tienen al Sistema, que, con todas sus imperfecciones, es factible de cambio y en esa línea creo que hay que trabajar.
España tiene siglos de historia, una cultura y una pluralidad que, a veces, se pega de bofetadas, pero es el país en el que he crecido y al que quiero, por eso no deseo verlo caer en manos de cuatro indocumentados, oportunistas, no y no.
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