DE CAMISETAS Y RASTAS

Uno no nace donde quiere, sino donde su madre da a luz, con el tiempo te haces mayor y si ese país no te acomoda pides la nacionalidad en otro. 

¿Que por qué esta introducción? pues porque a mi edad observo con asombro como España poco a poco se va pareciendo a una República Bananera. A buen seguro, es o ha contribuido mucho la pésima educación o enseñanza que venimos sufriendo desde hace treinta años en las aulas.

Nos encontramos así, con un colectivo de gente que nos resultan, no todos, pero si muchos, carentes de conocimientos en todas las áreas, sin respeto a las normas establecidas que nos hacen la convivencia a todos más fácil.

 Ante una enseñanza deficiente y adoctrinadora, cabe preguntarse ¿qué hemos hecho mal durante todos estos años?

¿Por qué no nos parecemos ni de lejos a países nórdicos donde la enseñanza es de calidad y los chicos aprenden a pensar en lugar de a "odiar"?

De aquellos barros vienen estos lodos. En los parlamentos, ya vemos como un presidente de mesa, luce una camiseta, con el slogan, que bien podría ser, que se mueran los feos o los españoles y a nadie le parece mal.

Si bajamos el listón, en breve, veremos a gente mal peinada, oliendo mal, que, aunque  nos pese, nos representa, porque así lo quiere un sector de la sociedad.

Bien, ustedes dirán ¿qué tiene que ver la ropa si luego hace bien su trabajo? y no les digo que no, a título personal, pero cuando se representa a un pueblo, lo mínimo que se debe de tener es algo de respeto y educación, no somos gente de chándal, ni de alpargatas y camisetas guay.

Existen protocolos para que cuando la imagen de España salga fuera de nuestras fronteras no se piense que estamos en la República de las rastas y el porrete, si es con sandalias y calcetines mejor.