HABITANTES DE ESPAÑA

¿Hasta qué punto nos asusta convivir con vecinos musulmanes, visto lo visto? Ni idea, la vieja Europa asiste atónita a un incremento de población que se declara musulmana y muchos ya han nacido aquí.

Y ustedes dirán: "Hombre ser musulmán no significa, ser terrorista", toda la razón, pero resulta que los terroristas son musulmanes.

Anclados en la Edad Media, sus prácticas están encaminadas al sometimiento más atroz a través del horror y el miedo. No respetan nada porque han sido ¿educados? en el odio más visceral cocido en la marmita de la ignorancia y alimentado por una religión que empezó respetando al ser humano y ha acabado aniquilándolo.

¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a defendernos de quienes tienen por bandera la muerte y no les importa morir en el intento? Pues por lo pronto, tomárnoslo en serio, ellos lo hacen y mucho.

Reuniones ya y al más alto nivel, al menos, protegernos. Esta lacra no se erradica con las armas, aunque estas ahora sean necesarias, se elimina con la educación, la cultura, la prosperidad, pero ¿cómo no entender que jóvenes criados en la más absoluta pobreza no se pasen a las filas de los terroristas? ¿Qué más da si muero y encima soy un héroe? 

Mala comida pues para los que pensamos con la mentalidad del ser humano libre, de toda atadura, incluso la religiosa.

Observamos con preocupación el avance de la barbarie y ya miramos a nuestras espaldas, hasta ahí han irrumpido en nuestras cómodas vidas.

Que cada uno haga el esfuerzo de ayudar a que esta sinrazón no avance, por nosotros y por los miles y miles de seres humanos que serán masacrados en los próximos meses.

El que sepa rezar que rece, yo no sé.