La lengua como arma de destrucción masiva.
Donde debería haber paz
y comprensión, belleza, conocimiento, hay guerras e intolerancia a
partes iguales, porque hemos dejado parcelas muy importantes de
nuestra vida y libertad, en manos de unos descerebrados,
revanchistas, catetos y palurdos en un grado, ya insuperable.
Hablo de las distintas
lenguas que se hablan en el Estado Español y que, en estos días tienden a separar más que a unir, gracias a las rencillas internas
de partidos, totalmente ajenos a la globalización y que permanecen
mirándose el ombligo todo el día.
Reconocidas en nuestra
Constitución están las siguientes lenguas: El español, gallego,
euskera, valenciano y catalán y podrían convivir todas,
tranquilamente, si no fuera por cuatro tarados que las utilizan como
arma arrojadiza contra tirios y troyanos.
Por ejemplo estoy
escribiendo en español, por la simple razón, de que quiero que se
me lea y entienda, en toda España, pero podría hacerlo en
valenciano y el texto, no perdería su esencia.
Pero no, no quieren
dejarnos en paz, que hagamos uso de nuestra libertad y hablemos sencillamente, lo que nos pida el cuerpo, a su vez, que pedimos en
qué lengua queremos que estudien nuestros hijos.
Hemos caído en la red de
la estulticia generalizada, donde en algunas regiones se persigue con
saña el español, idioma que ya hablan casi quinientos millones de
personas en el mundo, se le ha relegado a unas pocas horas, dando
niños totalmente analfabetos, cuyas faltas de ortografía sonrojan a
cualquiera.
Aunque no se crean nada,
todos aquellos que persiguen con rabia el idioma español, envían a
sus hijitos a estudiar fuera, inglés, francés, alemán y por
supuesto español, dando una bofetada de hipocresía a tanto padre,
tonto de capirote que pulula por nuestro país.
El idioma ha de
enseñarse de forma que, aquel que lo aprenda lo ame, jamás
imponerlo con malos modos, puesto que entonces conseguimos el efecto
contrario al pretendido. Usarlo como arma de destrucción masiva nos
trae casos tan chocantes, como que haya médicos muy profesionales
que tengan que dejar su puesto de trabajo si no aprenden la lengua
impuesta por cuatro tarados mentales tan insignificantes, que no
saben ni donde tiene la mano izquierda y ya ni hablamos de la
derecha.
Podría estar aquí,
escribiendo una imbecilidad tras otra con respecto a las imposiciones
y pretensiones de nuestros políticos, que han llegado al extremo de
hacernos ser el hazmerreír de medio mundo, por peleas y “burradas”
al socaire de éste tema.
Solo quisiera disfrutar
de políticos con dos dedos de frente, que nos dejen en paz,
proporcionen a nuestros hijos una educación de calidad, aunque sea
también en chino mandarín, pero en libertad de elección, no como
ahora que no se puede ni hablar español en España, una memez que
costará quitarnos de encina, sin duda.
Si no nos respetan como
individuos, es que hemos hecho una mala elección, en nuestra mano
está cambiarla en las urnas.
"Amar la llengua materna,
no es impondre-la, si no ensenyar-la"
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