EL LÍDER POLÍTICO
Estamos en la era de las comunicaciones, por lo tanto toda empresa que iniciemos y queramos que alcance éxito pasará irremediablemente por el filtro de llamémoslo así: "Saber venderse".
Con los partidos políticos pasa lo mismo, nos guste o no estamos asistiendo a la creación y auge en España de PODEMOS, algo novedoso, cada vez son más personas las afiliadas mientras otros partidos como PP y PSOE se estancan.
Lo más importante, bajo mi punto de vista, es que han encontrado al líder perfecto. Un desconocido para el gran público hasta hace bien poco si no eres aficionado a los programas de debate, particularmente me aburren y no me aportan nada que no sepa ya. Un día nos despertamos con el nombre de Pablo Iglesias en los telediarios, ironías del destino el mismo nombre que el del fundador del Partido Socialista Obrero Español.
Todos contemplamos al "chico de la coleta" que baja la mirada, nos recuerda de lejos a un Jesucristo moderno y se expresa como si tuviera todas las respuestas. No levanta la voz, da unos argumentos, más o menos creíbles y habla de solucionar los males que aquejan España. Si lo comparamos con Mariano Rajoy, le gana por goleada y antes con Pérez Rubalcaba. Transmite frescura, juventud y sí convence con sus argumentos aunque llegue Daniel Lacalle y se los tumbe todos, da igual la imagen ha quedado en nuestras retinas.
Todo esto viene a cuento de que nos guste o no en los partidos políticos debe haber alguien que sea la cara del partido, un ser que transmita confianza, que su discurso político sea coherente y comprensible.
Otra cosa es que una vez votado y situado en puestos de poder el programa electoral sea aplicable o no.
El líder es alguien que nace para serlo, ese potencial se desarrolla con los años y muy posiblemente ya apuntaba maneras en el colegio.
Ser líder no significa olvidarte de tus compañeros de partido nada más lejos, pero en ti confiarán muchas personas para sacar un proyecto adelante y no puedes fallarles.
Esto que parece lo más obvio es lo que ha marcado la diferencia entre PODEMOS y UPy D, donde su líder nos recuerda demasiado a una dama rancia que sigue aferrada a viejas ideas socialistas sin acabar de aclarar su discurso político.
En Valencia carecemos de líder ya que no podemos considerar así a Alberto Fabra y mucho menos a gente del PSOE o del bloque de izquierdas. Nuestra alcaldesa que quizás podría encarar esa figura hace tiempo que debería haber abandonado el cargo y no anclarse en él, dejando así que aires frescos entren en la Alcaldía.
La solución llegará cuando los partidos valencianos se afiancen, cojan carrerilla, se den a conocer y se dejen de luchas internas que a nadie benefician. Defendamos lo nuestro, busquemos al líder entre nosotros y ayudémoslo a sacar nuestro proyecto adelante.
Feliz viernes.
Con los partidos políticos pasa lo mismo, nos guste o no estamos asistiendo a la creación y auge en España de PODEMOS, algo novedoso, cada vez son más personas las afiliadas mientras otros partidos como PP y PSOE se estancan.
Lo más importante, bajo mi punto de vista, es que han encontrado al líder perfecto. Un desconocido para el gran público hasta hace bien poco si no eres aficionado a los programas de debate, particularmente me aburren y no me aportan nada que no sepa ya. Un día nos despertamos con el nombre de Pablo Iglesias en los telediarios, ironías del destino el mismo nombre que el del fundador del Partido Socialista Obrero Español.
Todos contemplamos al "chico de la coleta" que baja la mirada, nos recuerda de lejos a un Jesucristo moderno y se expresa como si tuviera todas las respuestas. No levanta la voz, da unos argumentos, más o menos creíbles y habla de solucionar los males que aquejan España. Si lo comparamos con Mariano Rajoy, le gana por goleada y antes con Pérez Rubalcaba. Transmite frescura, juventud y sí convence con sus argumentos aunque llegue Daniel Lacalle y se los tumbe todos, da igual la imagen ha quedado en nuestras retinas.
Todo esto viene a cuento de que nos guste o no en los partidos políticos debe haber alguien que sea la cara del partido, un ser que transmita confianza, que su discurso político sea coherente y comprensible.
Otra cosa es que una vez votado y situado en puestos de poder el programa electoral sea aplicable o no.
El líder es alguien que nace para serlo, ese potencial se desarrolla con los años y muy posiblemente ya apuntaba maneras en el colegio.
Ser líder no significa olvidarte de tus compañeros de partido nada más lejos, pero en ti confiarán muchas personas para sacar un proyecto adelante y no puedes fallarles.
Esto que parece lo más obvio es lo que ha marcado la diferencia entre PODEMOS y UPy D, donde su líder nos recuerda demasiado a una dama rancia que sigue aferrada a viejas ideas socialistas sin acabar de aclarar su discurso político.
En Valencia carecemos de líder ya que no podemos considerar así a Alberto Fabra y mucho menos a gente del PSOE o del bloque de izquierdas. Nuestra alcaldesa que quizás podría encarar esa figura hace tiempo que debería haber abandonado el cargo y no anclarse en él, dejando así que aires frescos entren en la Alcaldía.
La solución llegará cuando los partidos valencianos se afiancen, cojan carrerilla, se den a conocer y se dejen de luchas internas que a nadie benefician. Defendamos lo nuestro, busquemos al líder entre nosotros y ayudémoslo a sacar nuestro proyecto adelante.
Feliz viernes.
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